
Cuando Frankenstein aprende por primera vez que «las cosas flotan en el agua», no duda en coger a la niña y lanzarla al lago. ¿Podemos culparle por su acción moral? ¿Qué hace que una acción moral pueda ser valorada como buena o mala? ¿Se presupone que debe haber un «sujeto» detrás de una acción para que sea moral? ¿Qué es un sujeto? Demasiadas preguntas para una sola película.
Vamos a hacer un recorrido por aquellos retratos audiovisuales que pueden ayudarnos a entender el pensamiento de determinados autores del periodo que denominamos «modernidad», que va desde el Renacimiento hasta la Ilustración.
Empezamos con Maquiavelo, quien representa mejor que nadie el giro en el pensamiento que se produce durante el renacimiento. Son muchos, muchísimos los ejemplos audiovisuales en los que inspirarnos para comprender la filosofía del florentino. Ya hemos comentado la serie «Juego de Tronos«, pero hay otras en las que también deberíamos fijarnos. Recientemente me he topado con esta serie, The Path, en la que me he encontrado una actitud francamente maquiavélica en muchos de sus personajes:
La serie «House of cards» es otro gran ejemplo que ilustra a la perfección como conseguir el poder y conservarlo, cumpliendo una serie de preceptos, muy en la línea de lo expuesto en el «El Príncipe»:
No te preocupes si no eres capaz de sentarte para ver una serie durante horas y horas. Te recomiendo una peli que también te servirá para introducirte en el pensamiento de Maquiavelo en «El Príncipe». Me refiero a «Bréxit» (2019), de Toby Haynes:
Si queréis acercaros un poco al pensamiento de Martín Lutero, podéis echarle un ojo a «Lutero» (2003), dirigida por Eric Till:
Si es un suplicio para tí comprender el intento de matematización de lo real que arranca en el Renacimiento y alcanza su máxima expresión en el racionalismo, con Descartes, Spinoza y Leibniz a la cabeza, tienes que ver «Pi. Fe en el caos» (1998). Es la historia de un sujeto obsesionado con los números. Son muchas las escenas en las que parece que lo que sufre es un clarísimo caso de posesión racionalista. La peli tiene una trama interesante: ¿Qué haríais vosotros en su lugar su hubiéseis descifrado el código numérico secreto para descodificar el sistema bursátil? Lo cierto que es este director (Darren Aronofsky) tiene otros títulos muy interesantes. Merece la pena que les echéis un ojo.
Sobre Descartes, ya hemos señalado en otro lugar alguna referencia, como la de su bio pic. Un tanto viejuno, sí, pero vale perfectamente.
Aún así, se suelen citar determinados títulos cuando se habla del racionalismo y del empirismo en general. La nueva concepción sobre el ser trae consigo nuevos debates que alcanzan su máxima expresión no solo en Descartes, sino también en Hume. Podemos señalar a «Matrix» (1999), de los Wachowski Brothers:
Y a la imprescindible «Blade Runner» (1982), dirigida por Ridley Scott y basada parcialmente en la novela de Philip K. Dick «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?». Sobran las palabras…
Pero hay otros títulos también muy célebres como «Ex Machina» (2014), de Alex Garland, en la que se analizan ideas sobre la relación entre el alma y el cuerpo:
Y «Origen» (2010), de Christopher Nolan, en la que la duda métodica sobrevuela constantemente durante toda la trama. ¿Como podemos discernir entre lo que es real y lo que no? ¿Qué poder tiene nuestra imaginación? Recordemos que para Hume, «Nada es más libre que la imaginación humana».
Ya sabemos que la filosofía tardía de Hume abandona ciertos presupuestos comunes a la modernidad para dedicarse a cuestiones más típicas de ilustrados. La ilustración, el gran siglo de las luces, ha sido tratado a nivel cinematográfico en innumerables ocasiones. Aquí vamos a quedarnos con tres títulos que creo que servirán para la entender la manera en la que influye el pensamiento de autores como Locke, Rousseau y Kant en desarrollo histórico político y social de los siglos XVII y XVIII. El primero es «Un pueblo y su rey» (2018), de Pierre Schoeller , quien nos introduce majestuosamente en la época de la revolución francesa, que es la consecuencia directa de la actitud ilustrada desarrollada a lo largo del s.XVIII.
Si lo que te apetece es hacerte un ciclo temático sobre la revolución francesa, empieza por ver «María Antoniette» (2006), de Sofía Coppola, que lo deja donde empieza «Un pueblo y su rey»:
Y termina con «Adiós a la Reina» (2012), de Benoît Jacquot, que tiene como telón de fondo esos primeros días tras la toma de la Bastilla:
Si lo que te gusta es el cine que te hace reflexionar a partir de hechos morales, llevándolos a sus máximas consecuencias (al más puro estilo kantiano), Kim ki Duk es la solución, porque consigue siempre colocarte en un dilema ético y te obliga a reflexionar de manera radical sobre los conceptos de «deber» y «libertad». Os recomiendo empezar por «Samaritan girl» (2004):
Y lo mismo ocurre con la filmografía de Thomas Vinterberg, de quien recomiendo «Submarino» (2010):
Pero en Kant no todo es una cuestión de deber, a veces se trata de poder. Su filosofía nace con la intención clara de determinar los límites del conocimiento humano. ¿Qué puedo conocer? ¿Hasta dónde podemos extender el pensamiento? ¿Debe tener límites la ciencia? Son cuestiones que están muy bien tratadas en «Proyecto Lázaro» (2016), de Mateo Gil, que no solo nos recuerda a Kant, sino a todas las corrientes filosóficas que hemos visto y que polemizaban sobre el dualismo alma-cuerpo.
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